viernes, 22 de mayo de 2009

Doma Racional (III)

Monty Roberts – Método “Unión” o “Join-up” 

http://www.tierraslejanas.com/El%20Caballo/La%20Doma/Union%20MontyRoberts.htm 

Cualquier persona puede utilizar el método de "UNIÓN" de Monty Roberts y conseguir resultados, siempre y cuando crea en sí mismo y no tenga miedo a los caballos.Para empezar, me gustaría que descarte usted ideas preconcebidas sobre la doma de iniciación de un potro. Mantenga en mente, de todos modos, las experiencias con caballos que le hayan enseñado a no tenerles miedo y a poder moverse alrededor de ellos con seguridad y efectividad. Quiero que se convenza de que un caballo no hace nada mal, y que cualquier cosa que hace, lo hace influido por nosotros y en especial si estamos hablando de un potro "completamente virgen".Los que nos dedicamos a entrenar caballos podemos hacer muy poco para enseñarlos. Lo que sí podemos hacer es crear el ambiente adecuado para que aprendan. El alumno humano que es forzado a adquirir conocimientos aprende muy poco, pero si es él quien elige aprender, asimilará más, mejor y más rápidamente.HECHOS SON AMORES,Y LO DEMÁS, BUENAS RAZONESÉste es un dicho que utilizamos frecuentemente. Sin embargo, no lo llevamos a la práctica como debiéramos. El caballo tiene un lenguaje previsible, discernible y efectivo. Lo increíble de este lenguaje es que ellos no necesitan intérpretes. En el mundo de "EQUÜS" todos se entienden entre ellos. Es sorprendente que nosotros, dotados con los cerebros más desarrollados de la Tierra, a menudo necesitemos ayuda para comunicarnos.Como sucede con cualquier otra forma de comunicación, dominar el lenguaje "EQUUS" requiere cierto esfuerzo. Si nos negamos a creer que el caballo tiene la capacidad de comunicarse fluidamente, lo más probable es que utilicemos el dolor para conseguir entrenarlo con cierta efectividad. Pero si creemos en su capacidad de comunicación, entonces hemos de pensar que a través del dolor sólo podremos establecer una relación negativa con él. Imaginemos por un momento cómo nos sentiríamos en nuestro primer día de colegio si nuestro profesor nos colocase una cadena en la boca o sobre la nariz, diese un tirón y nos pegase con una fusta si tratásemos de escapar. ¿Cree usted acaso que así se establecería una relación equilibrada?, ¿con qué disposición iríamos al colegio a partir de ese momento?Creo que, aunque el cerebro equino no es tan complejo como el humano, hasta cierto punto, se produciría la misma reacción. El objetivo de mi método es crear una relación basada en la confianza y la seguridad, gracias a la cual el caballo desee 
 
UNIRSE,y convertirse en parte de un equipo, llevar los mismos colores. Creo que la mayoría de los caballos "iniciados convencionalmente" establecen una relación negativa con la gente con la que trabajan y, aunque accedan a colaborar, lo harán siempre con una disposición dudosa.La primera regla de este método para iniciar a un caballo es:LA AUSENCIA DE DOLORNo lo pegaremos, ni le daremos patadas, empujones ni tirones; tampoco lo ataremos ni le aplicaremos restricción alguna. Lo que se pretende es que nuestro sistema sea lo más dulce y suave posible, sin transmitir al caballo ningún sentimiento de "Obligación". Hemos de eliminar esa sensación de obligación en el ambiente que estamos creando.Podemos sugerir que preferiríamos que "lo hiciese", pero nunca que "está obligado" a hacerlo. Si se utiliza algún tipo de restricción, ésta ha de animar al caballo a quedarse con nosotros sin obligarle en ningún momento a ello.El caballo es el animal de huida por antonomasia. Cuando se siente presionado, siempre elige huir y no luchar. Basándome en esta idea he desarrollado mi conocimiento sobre este fenómeno, que puede aplicarse con cualquier animal sobre la faz de la Tierra. El "Avance y Retroceso" es obvio y evidente en las relaciones entre animales de la misma especie, entre distintas especies y hasta entre humanos. Todos lo utilizamos a diario cuando creamos una situación y luego retrocedemos para ver las consecuencias. Esto sucede en nuestras relaciones personales y profesionales, un claro ejemplo podría ser un adolescente de catorce años que va al instituto. Se siente atraído por una chica de su clase y la sigue incesantemente. Ella le dice que no le soporta y se aleja. El insistirá al menos durante sesenta días, y después tirará la toalla. Enseguida ella comenzará a preguntarse dónde está él y mostrará interés. Lo que vamos a estudiar y a desarrollar es una teoría sobre este mismo fenómeno.Pasemos a la práctica de iniciar a un potro (nunca utilizo la palabra desbravar*). Nuestra intención es que el caballo acepte la montura, la brida y el jinete sin trauma alguno. En mis demostraciones, siempre utilizo caballos que nunca han sido ensillados, embridados ni montados, y lo que intento es que acepte todas estas novedades en unos treinta minutos. Si realizase mis demostraciones con un caballo previamente montado, generaría gran escepticismo en el espectador. Dejando a un lado la demostración, antes de pasar directamente al procedimiento de iniciación, es mejor dejar que el potro se acostumbre a la embocadura durante unos días y se familiarice con la comunicación que las riendas largas establecen con su boca. 
LISTA DE OBJETIVOS DEL PROCESO DE INICIACIÓN1. UNIÓN8. RIENDAS LARGAS2. ACOMPAÑAMIENTO 9. JINETE3. ZONAS VULNERABLES 10. CÍRCULO COMPLETO A LA DERECHA4. LEVANTAR LOS PIES 11. UN PASO ATRÁS5. SUDADERO 12. CÍRCULO COMPLETOA LA IZQUIERDA6. MONTURA13. UN PASO ATRÁS 7. BRIDA * La palabra inglesa para desbravar es break (romper). (N. de la T.)EL EQUIPO2 RIENDAS LARGAS (DE 9 METROS)1 EMBOCADURA (FILETE)1 MONTURA (SEGÚN SU PREFERENCIA)1 SUDADERO1 ACIÓN DE ESTRIBOCABEZADAYo utilizo un corral circular que, aun sin ser estrictamente necesario, facilita el trabajo. Mi corral tiene 16 metros de diámetro, está rodeado de un muro de 2,4 metros de altura y se halla techado. La superficie de mi corral está cubierta de una capa de arena de unos 5 centímetros de espesor. Sin embargo, he iniciado a caballos en libertad, sin vallados ni muros, montado sobre otro caballo para desplazarme más fácilmente. Puede utilizarse también un recinto cuadrado o rectangular, en cuyo caso recomiendo eliminar las esquinas con unas tablas. En mi opinión, un diámetro de 16 metros es óptimo para caballos de tamaño medio. Un buen firme es imprescindible para la seguridad de las personas y caballos.Traeremos al caballo al corral con una cabezada puesta y una cuerda liviana de unos 9 metros. Nos colocaremos en el centro del corral y nos presentaremos al caballo, aunque ya nos conozcamos, frotándole la frente con la palma de nuestra mano (no le daremos palmadas). A continuación nos alejaremos hacia la parte posterior del caballo, colocándonos fuera de su zona de acción para que no nos alcancen sus patadas. Cuando nos encontremos detrás de él, o cuando huya, o en cualquiera de los dos casos, lanzaremos la cuerda por encima de su grupa. La cuerda sólo ha de caer sobre el caballo muy suavemente, NUNCA LE GOLPEARÁ. En este instante, la mayoría de los potros huyen y comienzan a galopar por el perímetro del corral. El caballo estará entonces retrocediendo y en ese preciso momento es cuando nosotros hemos de avanzar. Ejerceremos presión sobre él. Durante cada vuelta lanzaremos la cuerda un par de veces; el caballo ha de seguir huyendo. Mantendremos unas formas agresivas: nuestros ojos clavados en los suyos, y nuestros hombros perpendiculares a su cabeza. Hemos de hacerlo avanzar todo lo que podamos manteniéndonos a distancia prudencial, mera del alcance de sus patadas. Intentaremos que galope cinco o seis vueltas en una dirección y luego en la otra. Durante estas últimas vueltas estamos preparando al caballo para que comience a desear detenerse. Hemos de observar con atención la oreja interior, que ralentizará su movimiento o se quedará quieta dirigida hacia nosotros, mientras la oreja exterior seguirá pendiente de los alrededores. El caballo ladeará la cabeza con las orejas hacia el interior y la nariz hacia el exterior, y su cuello se arqueará ligeramente para traer la cabeza hacia el centro del círculo. Lo más probable es que en estos momentos comience a lamer y a mascar, sacando la lengua de la boca. Finalmente, bajará la cabeza casi a ras de suelo. Su oreja interior estará pendiente de nosotros. En su lenguaje, este gesto significa acercamiento y respeto. La acción de lamer y mascar quiere decir: "Soy un animal de huida y estoy paciendo; no puedo tenerte miedo". El descenso de la cabeza a ras de suelo significa: "Podríamos reunimos para renegociar la situación, dejaré que seas el jefe". Sólo con experiencia nuestros sentidos se aguzarán en la interpretación de este lenguaje. Pero cuando observemos estos signos del caballo, hemos de interpretar que está pidiéndonos que retiremos la presión y diciéndonos que quiere detenerse. En este momento hemos de enrollar la cuerda, adoptar una actitud sumisa y bajar la mirada. No le miraremos directamente a los ojos. Colocaremos nuestros hombros en un ángulo de 45 grados. Esta posición corporal es para el caballo una invitación a acercarse, o al menos a mirarnos y dejar de huir. Si se nos acerca, ¡estupendo! Si se queda parado mirándonos pero no se acerca, entonces avanzaremos nosotros, pero lo haremos describiendo arcos o semicírculos, no en línea recta. Si se marcha, le haremos huir unas cuantas vueltas más y repetiremos el proceso.Cuando nos acerquemos, nuestros hombros han de mantener un ángulo de 45 grados con el eje de su cuerpo, casi dándole la espalda. El caballo ha de avanzar hacia nosotros de forma voluntaria hasta que se coloque con su nariz casi pegada a nuestros hombros. Esto es la "UNIÓN".Cuando podamos tocarle la cabeza, le frotaremos en la zona que está entre los ojos; después nos alejaremos en círculos. Yo prefiero empezar a moverme hacia la derecha en un círculo de unos 3 metros de diámetro. Una vez completado este círculo, describiremos otro a la izquierda. El caballo debería seguirnos o, al menos, mantener la cabeza en nuestra dirección. Esto es el "ACOMPAÑAMIENTO". Si no lo hace, nos volveremos a colocar detrás de él y le haremos volver al trabajo. Mantendremos siempre una distancia de seguridad. Trabajando de esta manera conseguiremos la UNIÓN y el ACOMPAÑAMIENTO.Una vez el caballo nos ACOMPAÑA, hemos de conseguir que nos siga al centro del corral y se sienta cómodo a nuestro lado, para poder dar es siguiente paso, que es acceder a sus ZONAS VULNERABLES.Empezaremos por el lado izquierdo del caballo y utilizaremos ambas manos para masajearle el cuello, la cruz, el dorso, las caderas, los flancos y la grupa. Repetiremos el proceso por el lado derecho del caballo y a continuación pasaremos a levantarle los pies y lo haremos utilizando el método habitual que usamos en las cuadras, que es el más seguro.Después de hacer lo anteriormente explicado, ya podemos coger el equipo, el cual colocaremos en el suelo, casi en el centro del corral. Dejaremos tiempo al caballo para que vea bien el equipo y lo inspeccione. Muévase entre el equipo y el caballo varias veces, de un lado a otro, hasta que, una vez examinado, prefiera seguirnos a nosotros que observar el equipo. Una vez que somos de nuevo el centro de su atención, sujetaremos una de las cuerdas a la cabezada y la pondremos sobre el brazo izquierdo a aproximadamente un metro del enganche.A continuación cogeremos el sudadero o mantilla y muy suavemente, la colocaremos sobre el dorso del caballo, en primer lugar por la zona de la cruz, deslizándola después hacia atrás hasta colocarla en la posición correcta. Si se aleja de nosotros (muy pocos lo harán), no lo castigaremos, simplemente lo tranquilizaremos hasta que se vuelva a UNIR y repetiremos todo el proceso. Una vez el sudadero está colocado, cogeremos del suelo la montura, que tendrá los estribos recogidos y la cincha por encima del asiento. Nuestro cuerpo ha de moverse siguiendo la línea que recorre el lado izquierdo de su cuello y llega hasta la cruz. Sostendremos la montura sobre nuestra cadera derecha. Muy suavemente, colocaremos la montura sobre su dorso; pasaremos por delante de su cabeza y le frotaremos, acariciándole bien el lado derecho de su cuerpo. Tomaremos la cincha y la bajaremos lentamente pero con determinación, ajustaremos la cincha por ese lado de forma que cuando esté colgando le llegue aproximadamente a la altura de la articulación del menudillo; nos moveremos suavemente hacia el lado izquierdo del caballo, deteniéndonos en dicho trayecto para frotarle la cara. Cuando estemos situados cerca de su extremidad anterior izquierda, cogeremos la cincha y pasaremos primero la hebilla delantera por el latiguillo delantero, la apretaremos "leyendo" al caballo todo el tiempo. No apretaremos demasiado, pero sí lo suficiente para que la montura no se desplace si el caballo se bota. A continuación, realizaremos la misma operación con el latiguillo trasero, pero en este caso lo apretaremos un poco más que el primero. Entonces, volveremos al primero y lo ajustaremos igual que el posterior hasta que estén parejos. Soltaremos la cuerda de la cabezada y nos apartaremos con mucho cuidado, con la cuerda en la mano, y caminaremos hacia atrás alejándonos del caballo. Nos situaremos paralelos a su tercio posterior, siempre manteniendo las distancias, lejos de posibles patadas, y lo ahuyentaremos con la cuerda, teniendo cuidado de no fomentar la unión cuando el caballo se está botando.MANTENGAMOS LA CALMANuestro caballo ha de creer que él es el único que está nervioso y molesto por la montura, porque, de lo contrario, se botará todavía más. De nuevo buscaremos las señales que nos digan que quiere volver a UNIRSE, pero solamente lo haremos cuando el caballo haya dejado de botarse, y se sienta cómodo con la montura.En cuanto vuelva a nosotros, le colocaremos la brida, sujetando las riendas con los faldones de la montura, o en cualquier otro sitio donde podamos asegurarlas. Las riendas han de dejarse muy sueltas.Entonces, tomaremos la ación de estribo extra y la pasaremos por el estribo izquierdo, de forma que quede colgando a medio camino. Nos moveremos al lado izquierdo del caballo y, con mucho cuidado, tomaremos en la mano los dos extremos de la ación y, tras pasarla por el estribo izquierdo, la abrocharemos. Los estribos han de quedar sujetos por debajo del caballo. Cogeremos las dos riendas largas o cuerdas por el enganche o clip y pasaremos una de ellas por encima de la montura de manera que caiga hasta el suelo por el lado derecho del caballo. A continuación pasaremos el segundo enganche o clip por el estribo izquierdo (de atrás hacia delante) y lo engancharemos a la anilla izquierda de la embocadura. Nos moveremos al lado derecho y repetiremos el procedimiento. Volveremos a colocarnos en el lado izquierdo. Tomaremos ambas riendas o cuerdas por el costado del caballo y nos desplazaremos hacia atrás y lateralmente, siempre manteniendo las distancias (para evitar patadas), hacia la parte posterior del caballo. Ahora el caballo ha de moverse hacia delante y entonces balancearemos la rienda o cuerda derecha por encima de sus caderas.Si no tenemos experiencia en la utilización de riendas largas, lo haremos más despacio. Pretendemos establecer cierta comunicación con su boca, pero siempre con sumo cuidado. Lo más aconsejable es practicar bien este procedimiento con un caballo experimentado antes de intentarlo con un caballo sin domar. Podríamos hacer daño al caballo o a nosotros mismos. Si tenemos experiencia con riendas largas, entonces pediremos al caballo que haga un círculo al galope y luego al trote y lo haremos en ambas direcciones. Le pediremos hacer giros y paradas y, finalmente, le pediremos que se detenga; ha de mirar hacia fuera del corral y entonces le pediremos un paso atrás.En este momento la mayoría de los caballos ya están listos para que se les monte. Podemos montar nosotros mismos o tener a alguien que lo haga; cualquiera de las dos opciones es perfectamente válida. Hemos de asegurarnos de que la montura esté bien sujeta y de que la cincha está suficientemente prieta para que la montura no se mueva. Si tenemos a un jinete que nos ayude, éste debe estar perfectamente equipado: casco, botas de montar, etc. Ajustaremos una rienda o cuerda a la anilla izquierda de la embocadura. Nuestro jinete ha de disponer de unos minutos para acostumbrarse y conocer al caballo; le acariciará frotándole por ambos lados y le tratará de la misma forma que nosotros. Yo siempre ayudo a subir a mis jinetes dándoles el pie. Primero han de poner el peso encima, apoyándose sobre el estómago (con la hebilla del cinturón sobre el borrén delantero de la montura). Después muevo al caballo con cuidado, primero describiendo dos o tres vueltas a la izquierda y otras tantas a la derecha. Si el caballo está feliz y tranquilo, y acepta al jinete en esta posición, entonces lo que hago es coger el pie del jinete y metérselo en el estribo izquierdo mientras monta. Repito las vueltas a la derecha y a la izquierda. Si el caballo está relajado y acepta al jinete sentado sobre la montura entonces procedo con los círculos más amplios y llevo al caballo hacia el perímetro del corral; desengancho la rienda larga o cuerda suavemente y ayudo al jinete a montar al caballo en círculo por el corral en ambas direcciones.No hay que galopar, con paso y trote es más que suficiente. Tras cada vuelta, le digo a mi jinete que intente un paso atrás.No intentemos ser héroes. Si el caballo no está preparado para ser montado, lo mejor es intentarlo otro día. Si en mis demostraciones realizo todo el procedimiento en sólo una sesión es por el simple hecho de que los espectadores allí presentes han de verlo completo. Esto no significa que usted tenga que hacer lo mismo. Lo importante es la calidad del trabajo y no la rapidez con que se realice. Lo único que buscamos es tener un caballo que se comporte bien, esté feliz y se muestre colaborador. Esta es nuestra meta.Una vez logrado nuestro objetivo de que el caballo acepte la montura, la brida y el jinete, el caballo NO DEBERÍA estar traumatizado y debería elegir quedarse a nuestro lado en vez de alejarse.Recordemos siempre que el caballo ha de ser libre, NO PODEMOS RESTRINGIRLE. Intentemos conseguir que el caballo se sienta a gusto con nosotros; si quiere alejarse de nosotros, entonces le haremos trabajar.SIN DOLORSi lo conseguís, entonces me habréis ayudado a conseguir un mundo mejor para el caballo. 

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