La escasa disponibilidad de pasturas y la sobrecarga de ganado, fundamentalmente en los campos del norte, conjugan un escenario poco apto para sobrellevar el invierno.
Marcos Berrutti, asesor técnico, explicó que con la seca de otoño se han perdido buena parte de las praderas y otros cultivos sembrados para alimentar al ganado, lo que plantea la disyuntiva sobre qué hacer. “Puede ser tarde para renovarlos pero también hay que ver si vale la pena porque hoy el negocio tampoco da señales tan alentadoras”, indicó.
Berrutti consideró que no hubo una gran disminución de la carga de ganado sobre los campos porque “el mercado, con los valores de ruina que maneja, no lo permitió”. “Hay ganaderos fuertes con ciclos completos que piensan en liquidar la cría porque como el negocio del novillo parece que será bueno no quisieron afectar la escalera. Será un durísimo invierno porque los campos entran muy pelados y con una carga de ganado que no sería la adecuada”, agregó.
Asimismo dijo que los costos para hacer un mejoramiento siguen siendo altos. “Creo que mucha gente está pensando en estructurar su estrategia de crisis invernal con la implantación de verdeos o suplementos o fardos. Para los verdeos la hectárea costará el doble y no hay expectativa de buenos precios como para defender esa inversión. Los bolsillos están bastante menguados y mucha gente, con estas crisis financieras y climáticas, se retrotrae a situaciones más conservadoras y eso implica menor inversión”, estimó Berruti.
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